viernes, 8 de julio de 2011

Como limpiar y recuperar ollas quemadas

A todos nos ha sucedido alguna vez: un llamado telefónico justo en medio de la preparación de la sopa, el timbre que llega con un cartero colmado de sobres para firmar cuando estamos preparando una rica mermelada... o un simple olvido que hace que nuestra amada olla quede casi convertida en un muestrario de carbón.
No hay que desesperar, ni terminar con músculos de acero de tanto frotar. Tan  sólo hay que seguir algunos trucos bien simples para recuperar esa olla quemada  y seguir haciendo nuestras artes culinarias con total comodidad.

En primer lugar, debemos enjuagar un poco la olla con agua bien caliente, y dejarla remojando con toda la parte "quemada" cubierta en agua bien caliente, hasta dejar entibiar. Luego, se debe lavar la olla como siempre: agua caliente, detergente y esponja suave, para eliminar todos los restos de comidas adheridas. Ya esta olla va bien encaminada hacia su recuperación.

Luego, dependiendo del tipo de daño que tenga la ola, se debe mezclar agua caliente y detergente y llevar a fuego lento, haciendo hervir el contenido por algunos minutos. Cuando tenemos restos de comidas que no estén demasiado adheridos, podemos hervir en esta olla una mezcla de agua y sal, para que con el hervor se haga una suerte de suave astringencia, pero sólo se debe hacer en olla bien firmes que no corran peligro de rayarse.

Si se trata de muchos restos quemados, podemos mezclar lavandina (cloro) con agua, y también hacerla hervir unos minutos, teniendo cuidado de no respirar el vapor que se desprende. Luego, volvemos a lavar delicadamente la olla, para evitar rasparla y empeorar el mal.

Si se trata de una superficie adecuada y bien firme, podemos entonces frotar con una esponja de acero o metálica (o la parte más dura de la esponja de lavar) y jabón limpiador en polvo, pero si se trata de una olla de teflón, jamás hay que raspar esta superficie: terminaríamos por arruinarla definitivamente.

Un secreto estupendo para recuperar ollas quemadas, en especial aquellas de superficies porosas, es rociarlas con el mismo producto que compramos para limpiar el horno. Este compuesto viene en aerosol, que al ser pulverizado crea una capa espumosa. Tan sólo debemos rociar el interior de la olla quemada y dejarlo actuar por media hora (o 45 minutos) y luego lavar como de costumbre. Es un truco ideal también para superficies delicadas, ya que no necesitamos frotar.

Otra receta muy buena para recuperar ollas quemadas, en particular las de acero, es frotarlas (delicadamente) con bicarbonato de socio y gotas de agua tibia.

También las abuelas solían hervir cáscaras de papa y vinagre para recuperar las ollas (este truco también sirve para eliminar el sarro de las teteras) y dejar reposar por una noche entera.

Recuerda que hoy en el mercado hay una gran variedad de productos limpiadores en crema que sirven para múltiples superficies, que se aplican o esparcen con el dedo (o una esponjita suave), se dejan actuar por algunos minutos, y luego se retiran con un poco de agua.

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